El 9 de Octubre, una
mujer fue asesinada por un conductor que atropello y se fugo
en las zonas rurales del Condado de Snohomish, al
norte de Seattle, Washington.
El 21 de Octubre,
un detective de la Oficina del
Alguacil
del Condado Snohomish, en Everett, le envió un correo electrónico a Joseph
de RockAuto.com en Madison, Wisconsin
para solicitar ayuda para identificar su única pista,
un guardafango interno con un
par de correillas adjuntas.
El
guardafango interno es un pedazo de plástico negro que
recubre el pararueda hace
arriba de la llanta. El guardafango interno
que dejaron en la escena del crimen no tenia
números de parte ni otras marcas de identificación.
Joseph reviso algunas fotografías de guardafangos internos
en el catálogo en-línea de RockAuto.com
y hizo correr la voz en unos almacenes.
Pronto supo que estaba buscando la
proverbial aguja de plástico negro
en un pajar
de autopartes.
Es entonces que Joseph
le llamó a Carl de Sherman Body Parts
de las afueras de Detroit. Sherman le
provee a RockAuto con guardafangos,
parillas, barras cruzadas, paneles mataperros,
y muchas otras piezas de carrocería incluyendo
guardafangos internos. Con sólo un par de
fotos, Carl empezó la investigación para identificar
el guardafango interno del Estado de
Washington.
¡Y Carl lo
hizo! Determinó que el guardafango interno
provenía de la rueda delantera e izquierda de un
Chevrolet Tracker modelo ‘99-‘04,
un Suzuki Vitara modelo ‘99-‘05,
o un Suzuki XL-7 modelo
'01-'06.
El detective del
alguacil se comunico con el Departamento
de Concesión de Licencias del Estado de
Washington y obtuvo una lista de 1300
Chevrolet Trackers y Suzukis registrados
en el Condado de Snohomish. Comenzó una nueva búsqueda
de una aguja en un pajar.
La gran oportunidad llegó
cuando el detective hablo solicitando
información de un Chevy Tracker
registrado a una residencia aproximadamente
a 15 millas del lugar del accidente. La
mujer que contestó el teléfono dijo que
su sobrino había vendido el Tracker y recientemente
se mudó a un complejo de apartamentos.
Se convino en pedirle a su sobrino que le llamara
con información del nuevo propietario del
Tracker.
El sobrino recibió el mensaje de su
tía y con entusiasma le dijo a su compañero de habitación
de la posibilidad de que la camioneta que vendió pudo haber
estado involucrado en un crimen. ¡El
compañero dijo que había visto un vehículo parecido al Tracker,
con daño en el lado delantero, en
el estacionamiento del complejo de apartamentos en donde
ubican!
El detective visitó y caminó
alrededor del complejo de apartamentos. Se
encontró con un Suzuki Grand Vitara con
daño frontal. Curiosamente, la mayoría
de los daños ya tenían mucho tiempo, antes de
atropellar y fugarse de la escena.
El daño anterior había
sido reparado con unas correillas.
Le faltaba el guardafango interno del lado
izquierdo. Las correillas que encontraron
en el guardafango interno en la escena del crimen
hacían juego con las corrreillas en el Vitara
y con las correillas que encontraron en el garaje del novio
de la dueña del Vitara.
La semana pasada, el propietario de la Grand Vitara,
una mujer de 46 años de edad, confesó
que atropelló y se fugo. Ella no mostró
ningún remordimiento y sólo lamentaba que
ella sería incapaz de fumar cigarrillos en la
cárcel.
Es increíble que este caso fue
resuelto en menos de un mes con
sólo una pista, el guardafango interno.
Fue milagroso que el sobrino, dueño anterior del Tracker,
por casualidad se había trasladado recientemente al complejo
de apartamentos donde
estaba estacionada la Vitara culpable.
Un cazo de atropella y fuga hace
que el mundo parezca ser un lugar frío y sin corazón,
pero tal vez eso fue compensado un poco
por la comunidad ampliada en Washington,
Wisconsin, y Michigan que se reunieron
para resolver este crimen.
Tom Taylor,
RockAuto.com |